“The Colors of the Wind”

“Los Colores del Viento”


 


Era uno de aquellos tristes días en los que Vejita se lamentaba la muerte de su eterno rival... “Maldito Kakarotto... esto jamás te lo perdonaré”, pensaba... estaba tan deprimido que hacía ya varios días que no entrenaba... lo cual preocupaba mucho a Bulma, hasta hubiera parecido que Vejita hubiera perdido las ganas de vivir... Durante muchos años, su objetivo había sido superar a Kakarotto, y ahora que él se había ido... el príncipe saiyajin también había perdido esas ganas de seguir luchando, y ahora se encontraba en la sombra de un árbol que estaba cerca de la Capsule Corp. De pronto, miró al cielo, el sol, los árboles todo lo que le rodeaba... él estaba vivo y Kakarotto, muerto. Cuando de pronto unas palabras regresaron a su mente “Yo también me quedé sola... pero me di cuenta de todo lo que me rodea... El cielo azul, la luna, las estrellas, el mar... y aunque nunca tuve el amor de nadie, me complace saber que esas maravillas son mías y las comparto con todo el mundo...” Vejita sonrió levemente, mientras recordaba todo lo ocurrido...
 



 
 

Esa era una fría mañana de invierno, Vejita acababa de tener una terrible discusión con su padre, y es que el joven de 19 años jamás llevó una buena relación con su progenitor... sólo tenía ganas de destruir todo a su paso... sin importarle qué o quién sea... hace mucho que había dejado de importarle la vida, sea la suya y la de los demás... no estaba de humor para soportar a nada ni a nadie, hasta que oyó una melodía (que no es otra que la música de fondo que están oyendo) que salía de una de las habitaciones cercanas, atraído por su curiosidad se acercó...

-¿Qué estás tocando?- dijo, interrumpiendo a una joven que tocaba un piano

-Su alteza- dijo la joven, dejando de tocar y arrodillándose a sus pies.

-¡Vaya, comandante!- Vejita estaba un poco confundido al reconocer a la comandante de su ejército- Jamás hubiera pensado que Ud. tocara el piano...

-Lo hago desde hace diez años, su majestad

-¡Levántate!...- ordenó Vejita- ¿Por qué esa melodía no se me hace conocida?

-Esa es una canción que compuse, su alteza...- respondió la joven- es mi canción...

-Se oye triste... y a la vez se denota alegría...- Vejita no comprendía cómo dos sentimientos tan diferentes podrían estar unidos en una canción...

-Eso la hace especial... Ud. ya sabe mi historia, señor

-No... no la conozco...

-Bueno, su excelencia... cuando nací, mi madre murió... mi padre me ha odiado por ello, y finalmente me abandonó en las puertas de palacio... para ese entonces, la reina, su madre, me encontró... se apiadó de mí... y me recogió... al inicio el gran Vejita, su padre quería deshacerse de mi, pero al ver mi nivel de energía, me permitió quedarme en palacio, para convertirme en una máquina de combate...

-Ah!... es por ello que vives aquí... pero, en mi niñez... yo jamás te había visto...

-El Gran Vejita me lo ha prohibido... sólo quiere que me dedique a entrenar... he tenido a muchos de los mejores maestros en el planeta, únicamente con ese fin... es por ello, que soy comandante, pese a mi corta edad... No he tenido a nadie con quién hablar... por ello, cuando encontré este viejo piano en el sótano, lo traje para acá... El Gran Vejita quería deshacerse de él y finalmente me lo dio...

-Yo estoy solo... nuestra vida es similar...

-Yo también me quedé sola... pero me di cuenta de todo lo que me rodea... El cielo azul, la luna, las estrellas, el mar... y aunque nunca tuve el amor de nadie, me complace saber que esas maravillas son mías y las comparto con todo el mundo...

-Ari... ¿No sientes rencor hacia el mundo?

-Su majestad...

-Llámame Vejita...

-Ehh... Vejita... yo... no puedo sentir rencor hacia nadie... tengo la vida...

-Tócala...- Vejita tenía la mirada enfrente, miraba a través de la ventana

-Eh?

-Toca esa canción...

-Bueno... Como ordene...

La Joven saiya, colocó sus manos sobre el teclado y empezó a tocar una hermosa melodía, que tenía al joven príncipe muy pensativo, hasta que terminó...

-Es una melodía muy bonita...

-Gracias, su alte... ehh... Vejita... Aunque todos me dicen que es una canción horrible...

-¿Horrible?... no... un poco diferente

 La joven saiyajin sonrió... en ese momento, un emisario, llamó a Vejita

 -Su alteza, su padre, el Gran Vejita lo llama a la sala del trono...

-Voy enseguida....

-Espero que regrese, su alteza...

-Lo haré... tenlo por seguro...

-¡Vejita!- El rey estaba de muy mal humor- ¡te he estado buscando por todas partes! ¿Dónde has estado?

-Por ahí...- A pesar de la conversación con Ari, Vejita no estaba dispuesto a soportar con su padre

En ese instante, una agradable melodía se oyó en la sala del trono, parecía que provenía de cada una de las paredes del enorme salón, aunque Vejita sonreía interiormente al oír la canción, que no era otra que la que Ari estaba tocando, al Rey Vejita parecía no agradarle en nada el que la joven tocara esa melodía...

-Traigan a la insolente que está tocando ese maldito instrumento- rugió el Rey

-¡Yo le dije que tocara esa melodía!- Vejita no dejó esperar su respuesta

-No te entrometas en esto, Vejita...

-¡Aquí la traigo, Su alteza!... Es la comandante...

-Patcher... Suelta a tu comandante... sabes que puedo caminar sola...- Ari miraba seriamente al soldado, que inmediatamente la soltó... La joven saiyajin se arrodilló ante el rey e hizo una reverencia a Vejita...

-¿Cuántas veces te he dicho que no toques esa cosa?- El rey estaba furioso...

-Jamás me lo ha prohibido, Gran Vejita...- Ari miraba seria y fijamente al Rey

-¡Mocosa Impertinente!- dijo el rey, al tiempo que lanzaba una bofetada a Ari, que salió disparada hacia una de las columnas del salón... La saiyajin se puso de pie y con el puño se limpió la sangre que corría por sus labios...

-No he querido faltarle el respeto, Gran Vejita... Yo sólo me dediqué a responder... Ah!- Un nuevo golpe del rey la envió contra un muro...

-¡Te dije que no tocaras esa cosa!...- El Rey miró fijamente a Ari- Patcher, ve y destroza esa cosa inmediatamente...

-¡Si lo haces, Patcher... No vivirás para contarlo!- Ari miraba fijamente a Patcher, que sólo atinó a quedarse inmóvil... y agregó mirando al Rey:- La única falta que he cometido, mi rey, es el haber creído que alguien sentía amor por mí...

-¡¿Cómo te atreves?!- El Rey estaba a punto de darle un nuevo golpe a Ari, cuando su hijo, Vejita, lo detuvo

-Su alteza... Ud. no debe...- Ari estaba sorprendida por el comportamiento del príncipe

-Bah!- El rey salió furioso de aquel lugar

-¿Está bien, comandante?- preguntó el joven príncipe...

-Nada de importancia su majestad...- respondió Ari, ante la atónita mirada de Patcher...

-¿Amigos?- Preguntó el príncipe, tendiéndole la mano

-¡Amigos!- Respondió la saiyajin, al tiempo que daba la mano a Vejita- ¡Amigos por siempre!

En la sombra del árbol, Vejita sólo sonrió... ¿Si Ari pudo sobrevivir sin metas en su vida... por qué el no?... Si Ari estuviera ahí, tal vez podría aconsejarle... pero no, ella no estaba... ella se había ido... inconscientemente, Vejita dejó caer una lágrima al tiempo que cerraba sus ojos y recordaba la muerte de Freezer... el porqué quería eliminarlo... Uno de sus objetivos era porque si Freezer moría, él sería el nuevo gobernante del Universo... y también, por una promesa...

Algunos años habían pasado desde aquella vez que Ari y Vejita se habían jurado ser amigos por siempre... se llevaban muy bien... hasta que un día, en el que estaban conversando juntos en el despacho del príncipe, un soldado los llamó

-Su majestad... Comandante... Los requieren en la sala del trono...

-En seguida vamos- Ari respondió, un poco confundida...

-Seguro que es ese idiota de Freezer- Vejita estaba muy enojado...

-A mí tampoco me gusta estar bajo el mando de esa lagartija interespacial- sonrió Ari

-¿Te han dicho que eres muy original?- Sonrió Vejita al tiempo que se dirigían a la sala del trono, en donde Freezer los esperaba

-Los estaba esperando... ¡Vejita!... Debes venir conmigo

-...- Vejita no pronunció palabra...

-Ah!... Comandante Ari... no tenía el gusto de conocerla... es extraño que una saiyajin tenga tanto poder...- dijo Freezer

-Extraño, mas no imposible...- Ari, miraba fijamente a Freezer

-Ah!... saiya y rebelde... ¿sabes? Estarías muy bien en mis tropas... pero no... creo que te enviaré a conquistar el planeta ICE, para que sea el planeta Freezer N°... Eh... ¿Qué número, Zaabon?

-N° 120 Gran Freezer- Contestó el soldado...

-Muy Bien, Vejita... Vámonos

-¡No dejaré que deje al planeta sin gobernante!- Ari se paró desafiante, delante de Freezer.

-Ah!... con que no vas a permitir que me lleve a tu gobernante...

-Ari, no desafíes a Freezer- Vejita estaba muy preocupado por su amiga...

-Cuando ingresé al ejército, juré que protegería a la familia real y a su descendencia... ¡No voy a permitir que esta lagartija espacial te lleve consigo!

-¿Cómo te atreves mocosa? ¿Quién crees que soy?- Freezer estaba muy enojado...

-Lo repito... es usted una asquerosa y repugnante lagartija espac...- Ari, no pudo continuar, un rayo que envió Freezer le cayó encima... agonizante, cayó en brazos de Vejita...

-No debiste hacerlo... te lo advertí- El joven príncipe miraba a su amiga morir lentamente en sus brazos

-V-Vejita... g-gracias por hacerme sentir... querida... n-no... no me olvides... re-recuérdame siempre que veas el cielo azul... recuérdame... siempre que veas... los colores... del viento...- dijo ella, en un último suspiro

-Me vengaré de Freezer... te lo prometo... Ari... Te recordaré- Vejita, susurró el nombre de su amiga, la única persona que se había ocupado de él, así como él fue la única persona que se ocupó de ella- No era necesario que la mataras, Freezer...- dijo, mientras pensaba en vengar la muerte de Ari...

“Ah!, Kakarotto... Fuiste tú quien acabó con Freezer... No cumplí la promesa que le hice a Ari” pensó el saiyajin... Mientras tanto, en la corporación, Bulma tenía serios problemas para hacer dormir a Trunks... hasta que alguien llamó a la puerta... “¡Fabuloso!... Estoy intentando que este bebé se duerma y me vienen las visitas” pensó la joven de cabellos azules, mientras iba a abrir la puerta... Una extraña joven, la saludó...

-Hola... Espero no interrumpir... Sentí el KI del príncipe Vejita y pensé que Ud. podría saber algo...

-¿Conoce a Vejita?- La joven de cabellos preguntó muy intrigada

-Éramos muy buenos amigos...

-Ah!... ¿Por qué no pasa?- Dijo Bulma abriéndole la puerta, al tiempo que pensaba “Y yo que creía que Vejita no tenía amigos...”, pero el llanto de un bebé la sacó de sus pensamientos- ¡Trunks!

-¿Trunks?... Hermoso nombre...- dijo la joven... mientras miraba al bebé- se parece mucho a su padre... es idéntico a Vejita...

-¿Cómo lo supo?- Bulma estaba muy confundida

-Ah!... un piano... ¿Me permite?- Ari cambió el tema rápidamente

-Oh! Por supuesto...

-Muy bien, pequeño Trunks... esta canción le gustaba mucho a tu padre... veamos si a ti también- dijo la joven saiya mientras empezaba a tocar una melodía, que tenía entremezcladas la tristeza y la alegría...

-¡Esa melodía!- Vejita se levantó rápidamente y se dirigió a la corporación...

-¡Es hermosa!- Dijo Bulma, encantada

-¡Ya se durmió!... tal parece que le gustó la melodía... Y pensar que el rey me dijo que estaba horrible... Creo que debí ser compositora...

-¿Ud. la compuso?

-Sí... Ah!... ¡Vejita!

-¡¿Ari?!... Yo pensé que el idiota de Freezer...

-Cuando ingresé al ejército, juré que protegería a la familia real y a su descendencia... ¿Lo recuerdas Vejita?... tenía que cuidar a mi príncipe... al príncipe Trunks...

-Pero... Ari... Comandante... No cumplí mi promesa...- Vejita la miraba incrédulo

-Freezer ya murió... eso me basta... sé que lo superará, su majestad

-Ari... Esa lagartija espacial ya no regresará

-Mi misión aquí ya terminó... recuérdame siempre que veas... los colores del viento...- Dijo Ari, mientras sonreía y se desvanecía en el aire...

Bulma y Vejita salieron al jardín de la corporación, en donde el viento soplaba fuertemente... mientras contemplaban a lo lejos la imagen de una joven saiyajin, a la cual habían visto, gracias a... Los colores del viento.


 


THE END